Fuente: La República
La producción del gigante asiático cayó considerablemente ante la aparición del COVID-19, por lo que el estancamiento tendría grandes consecuencias en el resto de mercados.
La pandemia del COVID-19 estremece los mercados a nivel internacional, ya que la principales potencias: Estados Unidos y China, han optado por restringir sus actividades para frenar el avance de la enfermedad.
Específicamente la economía de China registra caídas sin precedentes en la producción industrial, la venta al por menor y la inversión en activos fijos, lo que estima una posible recesión global, detalla BBC.
Según la Oficina Nacional de Estadísticas de China, durante los primeros dos meses de este año la producción industrial (manufacturera, minera y servicios públicos) disminuyó un 13,5 % interanual, la primera caída desde enero de 1990.
Por otro lado, las ventas al por menor se desplomó en 20,5 % y la inversión en activos fijos en 20,5 % interanual.
“Si la situación continúa sin complicaciones, China es capaz de conseguir un crecimiento anual del PBI del 6 %”, indica Liang Huang, economista jefe de la Corporación de Capital Internacional de China a Global Times.
Mientras que bancos como ING calculan que el crecimiento del PBI para el 2020 será de 4,8 %, el más bajo en tres décadas.
Repercusiones a nivel mundial
La Conferencia de Naciones Unidas para el Comercio y Desarrollo (UNCTAD), prevé que la pandemia del coronavirus costaría a la economía global hasta US$2 billones solo en este año, recoge BBC.
Asimismo, la consulta McKinsey considera, en caso la epidemia sea estacional, para el cuarto trimestre de este año los gobiernos podrían frenar la inestabilidad. Sin embargo, si el COVID-19 se extiende temporalmente, las medidas preventivas continuarán golpeando la economía.
En cuanto a Latinoamérica, en un probable escenario donde el COVID-19 sea controlado inmediatamente, el decrecimiento solo sería de 0,5 %, y en el peor, caería hasta un 38 %.
“Los países en desarrollo fuertemente endeudados, particularmente los exportadores de commodity, se enfrentan a una amenaza excepcional”, apunta Richard Kozul-Wright, director de Estrategias de Globalización y Desarrollo del UNCTAD.