Fuente: Agencia Andina
Pese al difícil entorno internacional generado por la intensificación de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, que han afectado severamente el panorama económico global, la economía peruana mantiene el nivel de riesgo país más bajo de la región, señaló hoy el MEF.
En lo que va del año, el riesgo país del Perú ha alcanzado en promedio 108 puntos básicos (pbs), por debajo de lo registrado por otras economías de la región como Brasil (245 pbs), México (208 pbs), Colombia (188 pbs) y Chile (135 pbs).
Esta resiliencia de la economía peruana es reflejo del manejo prudente y responsable de la política económica, así como de los sólidos fundamentos macroeconómicos que posee el país (altas reservas internacionales, una baja deuda pública, una inflación en el rango meta), afirmó el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).
Estas fortalezas han permitido también que el Perú sea uno de los pocos países de la región que ha mantenido su calificación crediticia.
En junio del 2019 Moody’s ratificó la calificación crediticia del Perú en A3 con perspectiva estable basado en la solidez de las cuentas fiscales y la credibilidad de las políticas macroeconómicas.
Adicionalmente, en un comunicado emitido ayer, la agencia internacionalMoody’s resaltó que las principales fortalezas del Perú son:
i) La alta solidez institucional de la política macroeconómica y de la política fiscal y
ii) La solidez de las cuentas fiscales sustentada en una baja deuda pública, en una política fiscal prudente y en significativos niveles de activos financieros. Asimismo, Moody’s consideró en su comunicado que la solidez de las cuentas fiscales y el historial de prudencia de las políticas macroeconómicas brindarán un buen soporte al panorama crediticio del país.
Finalmente, a pesar de este entorno externo adverso, las perspectivas de crecimiento de la economía peruana para los próximos meses continúan siendo favorables, según el Ministerio de Economía y Finanzas.
Las perspectivas favorables, continuó, se sustentan en la recuperación de los sectores primarios (minería, pesca y manufactura primaria) tras la disipación de los choques transitorios ocurridos en la primera mitad del año y por la recuperación de la demanda interna.