Sostiene Carlos Herrera Descalzi.
RCR, 25 de agosto de 2016.- Tal como está planteado, no es rentable el Complejo Metalúrgico de La Oroya porque a los eventuales inversionistas se les impone acatar estándares ambientales muy altos, hacerse cargo de 1,600 trabajadores y remediar pasivos ambientales de otras empresas, advirtió el ex ministro de Energía y Minas ingeniero Carlos Herrera Descalzi.
En entrevista a RCR, Red de Comunicación Regional, el especialista dijo que, en la intención de implementar la metalurgia para generar un valor agregado a la minería como parte de una política de desarrollo nacional, el gobierno no debe enfocar este tema como una cuestión laboral del complejo de La Oroya reconcentrando su atención en proteger 1,600 puestos de trabajo.
Bajo ese errado criterio, dijo, los peruanos que corren el riesgo de perder sus puestos de trabajo también tendrían el derecho de acudir al Estado para que los subsidie y así no funciona la economía y el ámbito laboral productivo.
Observó que la intención del gobierno de crear tres millones de puestos de trabajo durante el próximo quinquenio, prácticamente “disuelve” el problema de los 1,600 puestos de trabajo de una empresa privada que no pudo salir adelante.
Refirió que el problema de los trabajadores del complejo de La Oroya se enmarca en una empresa particular que no ha podido ser reflotada, no obstante, todos los esfuerzos del Estado –que es el principal acreedor de la empresa Doe Run Perú- para vender los activos de la refinería pues se emplearon conceptos errados que se siguen manteniendo.
Recordó que somos un país eminentemente minero –el 60% de las exportaciones proceden de los sectores energía y minas- y precisamente es la metalurgia –que procesa el mineral- la que otorga valor agregado a los minerales.
En consecuencia, se requiere de una solución en el marco de una visión política del país con la dación de leyes sobre metalurgia -para que el Perú no sea un exportador eterno de minerales- y no sobre el tema procesal (para ampliar el plazo de la liquidación en marcha de la citada refinería).
Más adelante, el ex ministro dijo que es muy importante el cuidado del medio ambiente con un razonable nivel de eficiencia, pero no se puede ir al extremo de exigir estándares ambientales que haga inviable la producción (minera y metalúrgica).
Destacó que la actividad metalúrgica, como tal, es rentable pero tal como está planteado en La Oroya no lo es, “no tiene solución económica”, pues desalienta a los potenciales inversionistas ya que se les exige altos parámetros ambientales que ni siquiera se aplican en algunos países avanzados; deberá emplear a todos los trabajadores y, asumir los pasivos ambientales del pasado.
“Es una suma y suma de costos que no hacen rentable a La Oroya”, remarcó.
Aquí la entrevista.