Fuente: Andina
Rafael Salas Meléndez dejó de lado sus redes sociales y se impuso un estricto horario para estudiar
Rafael Salas Meléndez, primer puesto en el examen de admisión a la universidad San Marcos, no recuerda su primer día de clases en el colegio ni el nombre de su mejor amigo del primer año de primaria. Tampoco su primer 20 en la libreta ni su primer regalo por Navidad. Sin embargo, nunca olvida las visitas al hospital y al pediatra que lo atendía por sus continuos problemas respiratorios debido al asma.
“Recuerdo, claramente cómo me atendía a mí y a las demás personas. Tenía cuatro años y la carrera médica me gustó desde aquella vez”, confiesa a la Agencia Andina Rafael, quien a sus cortísimos 17 años ocupó el primer puesto en el último examen de admisión de la Decana de América.
Con el correr de los años, supo que estudiar medicina no sería nada fácil. Sabía que tenía que esforzarse más que sus compañeros. Por ello, no era raro ver su nombre en la lista de los primeros puestos del colegio donde estudió. “Siempre saqué los primeros puestos en el colegio, tanto en primaria como en secundaria”.
Estudio, luego existo
Y cuando faltaban dos años para acabar la secundaria, comenzó a tomar medidas más drásticas para dedicarse de lleno a su preparación preuniversitaria: canceló sus redes sociales, se impuso horarios de estudio que empezaban a las 8 de la mañana y terminaban a las 9 de la noche, con solo una hora para almorzar y otra para cenar.
Su padre, don Ronald Salas, miembro de la Policía Nacional del Perú, le reclamó por tomar los estudios de una manera tan persistente, dejando atrás los quehaceres normales de un chico de su edad.
“Se levantaba temprano para estudiar habiéndose acostado tarde, también por estudiar… ¡era demasiado!”, comenta su ahora orgulloso padre, quien reconoce que todo esfuerzo tiene sus frutos.
“Supongo que mis padres me apoyaron para estudiar medicina porque en mi familia no hay médicos. Hay ingenieros como mi madre Lorena Meléndez o policías como mi padre, pero no hay médicos”, nos dice Rafael mientras sus padres lo miran desde un lado de la entrevista llenos de un orgullo que no les cabe en el pecho.
“En este proceso de admisión se han presentado casi 25 mil postulantes, y el alumno Rafael Salas ha ocupado el primer puesto con una nota de 1725.375, repitiendo el mismo puesto que alcanzó en el simulacro de admisión que se dio semanas antes del examen.
Rafael pertenece a los 4,768 ingresantes de las 66 carreras profesionales que brinda la universidad San Marcos”, comenta el doctor Omar Álvarez Días, director general de la Oficina General de Admisión de la UNMSM.
Las cifras que brinda el doctor Álvarez son estremecedoras: 25 mil postulantes para ¡menos de 5 mil vacantes!
Al preguntarle sobre cuáles son sus metas a futuro, Rafael no duda mucho en responder: “mi meta en la carrera es fundar mi propia clínica y mejorar el servicio de salud del Perú”.
Todo su esfuerzo. Todas esas horas de estudio diario. Todo ese sacrificio para alcanzar la excelencia académica es para mejorar el servicio de salud de nuestro país. Con médicos como él, hasta dará gusto enfermarse.