RCR, 05 de octubre de 2024.- Jaime Antezana, experto en temas de seguridad, orden interno y narcotráfico, indicó que el asesinato del dirigente de construcción civil de Lima y Balnearios, Arturo Cárdenas, fue parte de la sub ola de criminalidad que comenzó en enero, pero desbordó a partir de julio. Agregó que el Congreso tiene responsabilidad en el descontrol de las acciones de extorsión, sicariato y otros delitos, por los cambios que hizo a las normas sobre criminalidad.
“El asesinato de Arturo Cárdenas, exsecretario general de Lima y Balnearios, se inscribe dentro de la ola de homicidios, extorsiones y ataques que ha habido a los dirigentes de construcción civil. En una semana y un día hubo tres dirigentes fueron asesinados por la criminalidad organizada”, dijo en el programa En Concreto por RCR.
Señaló que la Confederación General de los Trabajadores del Perú (CGTP) también fue parte de la ola de criminalidad que arrancó en enero, sin embargo, desde julio a la fecha esta situación entró en una etapa de descontrol.
“Estamos enfrentando una situación similar a la crisis de inseguridad de Ecuador a inicios de años, se puede decir que se están haciendo leyes con nombre propio para defender intereses oscuros o involucrados con organizaciones criminales”, expresó.
Antezana enfatizó que el Congreso tiene responsabilidad en el descontrol de las acciones de extorsión, sicariato y otros delitos, por los cambios que realizó en las normas sobre criminalidad. Incluso algunos legisladores aprueban leyes para beneficiarse y librarse de las investigaciones penales en su contra.
“Aquellos que están involucrados en investigaciones por organización criminal, lavado de activos o corrupción han pedido acogerse a esa ley. Partidos como Podemos, Perú Libre, Fuerza Popular, entre otros, apoyaron la ley 3218 que modifica el concepto y procedimientos especiales para el crimen organizado”, recalcó.
Remarcó que la ola de criminalidad que atacaba a los trabajadores en construcción civil, ahora ha crecido en el sector de transportistas, por la disputa entre bandas de Lima Norte. “Esa disputa por el control de cupos, la extorsión a las empresas de transporte, generó la muerte de cuatro choferes. Eso provocó un paro que remeció la política, al Congreso, al Ejecutivo e hizo que le den luces de bengalas a estos dirigentes”, anotó.
