Fuente: Andina
Único ejemplo de soberanía compartida en el mundo
La isla de los Faisanes, ubicada sobre el río fronterizo Bidasao, dejará de ser el miércoles española y pasará bajo tutela francesa durante seis meses, un curioso rito que se repite dos veces por año.
Este pequeño territorio de 3.000 m2, cargado de historia, es el único ejemplo en el mundo de soberanía compartida entre dos naciones en un mismo territorio.
«Desde el tratado de Bayona de 1856 la isla es dirigida por dos virreyes, el comandante de la marina nacional de Burdeos (donde está la base naval más cercana) y su homólogo español de San Sebastián. Está bajo tutela española del 1 de febrero al 31 de julio y bajo autoridad francesa del 1 de agosto al 31 de enero», explica Boris Solin, excomandante de la marina en Bayona, Francia, quien ejerciera como virrey entre 2012 y 2013.
En San Sebastián, es Luis Rodríguez Garat, comandante de la marina, quien organizó la ceremonia de pasación de poderes para el 31 de julio. Una ceremonia «simple, a las 07H30, en presencia de una docena de personas», debido a la pequeña superficie, resume.
La isla está cerrada al público. Acoge rara vez visitantes únicamente durante las jornadas del patrimonio o durante firmas de tratados locales. «Es una pena», lamenta Solin. «En 2012 habíamos logrado reunir a unas cincuenta personas para la pasación de poderes. Quería una ceremonia con garbo», destaca.
«Esta isla es un símbolo de paz. ‘Faisanes’ no es por las aves sino por ‘faiseurs de paix’ (artífices de paz). Fue aquí donde se firmó el tratado de los Pirineos en 1656», que puso fin a la guerra entre la corona francesa y española, «y donde el año siguiente se firmó el contrato de boda de la Infanta María Teresa con Luis XIV».
Intercambio de princesas
«Hay que imaginarse lo que fueron las negociaciones del tratado de paz que duraron tres meses. Frente al cardenal Mazarino, primer ministro de Luis XIV, estaba Don Luis de Haro, primer ministro de Felipe IV de España. Fue una especie de G7 o más bien de G2», cuenta entre risas Solin.
«Un pabellón cortado en dos fue construido en la isla, con un lado francés y uno español, como un concurso entre reinos», detalla. «Cada uno sacaba sus tapices de Aubusson, hechos con hilo de oro. Buscaban exhibir sus bienes, mostrar quién era el más fuerte».
«Fue un momento histórico esperado en toda Europa tras siglos de rivalidades entre los dos reinos», señala el historiador Pedro Sánchez.
«La isla fue también escenario de otros eventos históricos», apunta. En 1526, Francisco I, prisionero de Carlos V, fue liberado en una barcaza, a cambio de sus dos hijos.
La isla fue también testigo de algunos intercambios de princesas, como el de la infanta Ana de Austria, hija de Felipe III de España prometida a Luis XIII, por Isabel, hija del rey de Francia Enrique IV, prometida a Felipe IV de España, en 1915.
Un 1722 tuvo lugar un nuevo intercambio de princesas, María Ana Victoria, infanta de España, prometida a Luis XV, rey de España, y Luisa Isabel, hija del monarca, prometida al futuro rey de España, Luis I.
La Infanta tenía 3 años y Luis XV 11… !Pero!, ¿qué importa? Lo que primaba eran las alianzas.