Analista Pedro Yaranga advierte sobre hegemonía del cartel de Sinaloa en cuencas cocaleras del país.
RCR, 13 de agosto de 2016.- Gran parte de la provincia puneña de Sandia se ha convertido en una zona liberada del narcotráfico porque es un importante corredor de tránsito de la droga hacia Bolivia, además, ha renovado su condición de productora de hoja de coca, alertó Pedro Yaranga, analista en temas de seguridad y orden interno.
En entrevista a RCR, Red de Comunicación Regional, el investigador sostuvo que la economía de Sandia está vinculada predominantemente con el narcotráfico –pues es zona de tránsito y de producción- e involucra a gran parte de la población, de las organizaciones ronderas y a muchas autoridades locales con su secuela de violencia y muerte contra aquellos que se oponen a esta actividad ilícita.
En esta provincia, observó, se ha “masificado” la construcción de pistas clandestinas de aterrizaje y despegue de avionetas con destino a Bolivia e incluso existen personas que se dedican exclusivamente a esta actividad y cobran entre diez a doce mil dólares por vuelo ilegal.
Llamó la atención que hasta hace unos años, la minería ilegal era la economía predominante en Sandia, sin embargo, debido a la caída del precio internacional de los minerales, parte de la población de esta provincia ha optado por dedicarse al narcotráfico, es así que un informe de las Naciones Unidas señala el incremento en 2015 en más de 2% de los cultivos ilegales de la hoja de coca en esta provincia.
Anotó que en términos generales, aquellos pobladores de Sandia que se dedicaban a la minería ilegal ahora se dedican al narcotráfico.
Explicó que el VRAEM (Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro) produce más del 70% de la hoja de coca en el país y, más del 80% de esa producción local se destina a Bolivia a través de las fronteras de Puno y Madre de Dios.
La coca ilegal es trasladada desde el VRAEM hacia el Valle de la Convención, en Cusco y de allí se ramifica a Arequipa, Moquegua, Madre de Dios y Puno, con destino a Bolivia.
Comentó que la coca producida en el VRAEM es transportada con gran fluidez y sin problemas en Cusco por la carretera que va de Kimbiri a Kepashiato (en el valle de La Convención) lo que revela la corrupción existente en la Policía Nacional, pues es evidente el supuesto control policial en la zona.
Advirtió que el cartel mexicano de Sinaloa –la organización narcotraficante más poderosa del mundo- controla esta actividad en nuestro país y mantiene su hegemonía en el llamado “Triángulo blanco” de América Latina que está conformado por los países productores de hoja de coca: Colombia, Perú y Bolivia.
El cartel controla las zonas cocaleras del país -el VRAEM, Sandia, etc.- a través de clanes familiares a los cuales les brinda recursos económicos para llevar adelante la actividad ilegal que controla desde Bolivia.
En tanto, durante los últimos ocho o nueve años, Bolivia ha sido sitiada y copada por este cartel (y la mercancía ilegal posteriormente es exportada a EEUU, Europa y otras regiones del mundo).