RCR, 13 de abril 2018.- La denuncia realizada por la consejera regional de Huánuco, Nithzy Orneta Cabello, quien declaró que había “constatado la contaminación” que habría generado la minera Raura en las lagunas de su entorno, fue calificada de absurda, alarmista y demagógica, si no se cuentan con los estudios realizados y certificados por especialistas en la materia y la autoridad correspondiente. Mostraría incluso cierto afán de figuración política en circunstancias pre-electorales, antes que interés en el bienestar de la comunidad, sostuvo Manuel Bernales, ex presidente del Consejo Nacional del Ambiente (CONAM) y ex funcionario de la UNESCO.
En comunicación con Red de Comunicación Regional (RCR) dijo: “El daño ambiental o la contaminación tienen una serie de características y grados, para que surta efecto y se produzca la intervención de una autoridad, es fundamental y obligatorio acreditar o documentar el hecho y señalar el lugar específico del daño por lo menos. No es suficiente con la declaración de una persona”, afirmó el experto.
Añadió además que la contaminación existe en todos los ámbitos, urbano, rural, donde se realizan actividades como, construcción de carreteras, edificios, manejo de puertos, cultivos agrícolas, minería, etc. Todas las actividades humanas producen, en algún grado, daño ambiental o contaminación, pero deben estar acreditadas.
“Lo primero que se debe hacer en casos que se supone puede existir contaminación, es acudir a las autoridades de salud que correspondan, es la acción más elemental que se puede hacer, y a partir de allí, adoptar otras medidas para conocer cuan grave es el daño, o si en realidad el supuesto daño no existe”, enfatizó.
Lanzar acusaciones sin fundamento científico es una práctica demagógica peligrosa, pues puede influenciar a grupos de personas que no tienen acceso a los servicios de educación, ni adecuados servicios de salud, que pueden ser presa de cualquier tipo de demostración, como el mostrar una botella con agua turbia y decir que está contaminada, aseveró.
“Un caso que puede dar luces sobre este tema, por ejemplo, ocurrió cuando se decía que una mina estaba contaminando las aguas de un río en Espinar. Yo trabaje en esa zona desde 1963 cuando no existía mina. Lo que había era la mineralización del terreno y las aguas, lo que daba nombre al río que pasaba por las comunidades: se llama rio Salado, porque arrastra sales minerales en su cauce. Cuando se toman este tipo de acusaciones como pretexto para una figuración política, gremial o hasta religiosa por parte de gente interesada, se está llegando a extremos”, reclamó.
Finalmente, señaló que” hay algunas situaciones y acusaciones que se ponen de moda en ciertos momentos electorales, por acción de ambientalistas con poca preparación, de ONGs con financiamiento extranjero, o de políticos que buscan un posicionamiento mediático, que realizan declaraciones supuestamente “explosivas”, pero que finalmente no tienen sustento”.
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