Destacan que en contexto de diálogo y consenso, se garantiza la estabilidad social y ejecución de millonarios proyectos de inversión en localidades que siempre estuvieron sumidas en la pobreza.
Actualmente unos 70 pueblos, distritos y provincias, solicitan la constitución de sus respectivas mesas.
RCR, 15 de julio de 2016.- Las mesas de desarrollo, espacios de diálogo y consenso que convoca a las comunidades, sus autoridades, el Estado y las empresas, están dando como fruto la ejecución de millonarias inversiones en localidades en situación de pobreza, destacó el economista Fernando Castillo Torres, director de la Oficina Nacional de Gestión Social del Ministerio de Energía y Minas.
En entrevista a RCR, Red de Comunicación Regional, el funcionario manifestó que la experiencia confirma que las mesas de desarrollo son una fórmula exitosa del Estado que garantizan la estabilidad social y la ejecución de importantes proyectos de inversiones públicas y privadas que benefician ostensiblemente a la población.
Explicó que históricamente el Estado peruano, debido a dificultades endémicas por falta de recursos, durante casi dos siglos dejó en abandono estructural el ámbito rural, sin embargo, durante la última década, gracias a los ingresos fiscales –principalmente procedentes de la exportación de minerales y los altos precios internacionales de los metales- ha contado con los recursos que le ha permitido atender el campo.
Es así que en el sector rural se ha incrementado notablemente el número de kilómetros de carreteras asfaltadas, se ha construido una importante cantidad de centros escolares, de salud, obras de agua potable, de irrigación, etc. y precisamente, han sido las mesas de desarrollo, que recogen las iniciativas de las comunidades, el escenario más eficaz donde se han articulados todos los esfuerzos de inversión pública del Estado para dar solución a las expectativas de crecimiento y desarrollo de la población.
Recordó que frente a las otrora mesas de diálogo, su reemplazo por la novedosa fórmula de las mesas de desarrollo fue una iniciativa que presentó el Ministerio de Energía y Minas (MEM) durante la gestión del entonces ministro Jorge Merino Tafur a la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) cuando aún no existía la Oficina Nacional de Diálogo y Sostenibilidad, entidad que actualmente está adscrita a esta cartera.
A diferencia de las mesas de diálogo -que eran creadas en reacción inmediata al estallido de las protestas sociales frente a proyectos mineros o extractivos- las mesas de desarrollo buscan no sólo resolver el problema que se expresa en una protesta y coadyuvar a un escenario marco para el diálogo, sino que tiene un compromiso mucho más proactivo en articular los esfuerzos de los ministerios y sectores del Estado para trazar los proyectos de desarrollo tendientes a solucionar las demandas de la población.
Es así que estas mesas buscan contribuir al desarrollo local mediante una intervención multisectorial articulada, con la perspectiva de ampliar la presencia del Estado, discutir las soluciones apropiadas y canalizar inversiones y programas públicos, así como los aportes de la empresa que opera en la zona.
Recordó que la primera Mesa de Desarrollo que se instaló en el país fue en julio de 2012 en la provincia apurimeña de Cotabambas (en cuya jurisdicción se encuentra el proyecto cuprífero de Las Bambas) y dio sus primeros frutos un año después con la construcción –tras 70 años de espera- de la carretera provincial con una inversión de 150 millones de soles, el anticipo del canon minero (47 millones) para las municipalidades, e importantes inversiones en los seis distritos de la jurisdicción.
La segunda Mesa de Desarrollo fue creada en la provincia de Chumbivilcas (Cusco, proyecto minero de HudBay), la tercera en el distrito de Cañaris (provincia de Ferreñafe, Lambayeque, yacimiento minero Cañariaco), una cuarta en el distrito de Corani (provincia de Carabaya, Puno, proyecto de minera Bear Creek).
Posteriormente, señaló, hubo una gran proliferación y se empezó a instituir las mesas de desarrollo en diversas regiones del país, no necesariamente en zonas de influencia de proyectos mineros o extractivos, la PCM ha comprendido que se trata de una herramienta muy valiosa, útil y distinta a la que empleaba con las antiguas mesas de diálogo.
Multimillonarias inversiones
Castillo Torres, detalló que en las mesas de desarrollo se incorpora el Estado a través de sus distintos ministerios y sectores según sea la naturaleza de las necesidades de desarrollo social y carencias de cada localidad, pero principalmente intervienen los Ministerios de Salud, Educación, Agricultura, Energía y Minas (para la provisión de electricidad), Vivienda (para el suministro de agua potable y saneamiento), Transporte y Comunicaciones (carreteras, vías carrozables).
Generalmente, como fruto de las mesas de desarrollo se aprueban un menú de proyectos cuya ejecución tiene un plazo de dos, tres o cuatro años que finalmente garantiza que haya ostensibles mejoras en la población.
Producto de ello son compromisos de inversión generalmente por 200 ó 300 millones de soles en cada caso, incluso mayores cifras, como es el caso del distrito de Challhuahuacho (provincia de Cotabambas, Apurímac) con 600 millones.
Cada proceso va de la mano con un cronograma, comité de monitoreo, de seguimiento y supervisión por parte de las autoridades locales y la sociedad civil, los plazos de cumplimiento están determinados por criterios técnicos.
Con autoridades legítimas
El funcionario subrayó que a diferencia del pasado, los estatutos de las mesas de desarrollo garantizan la participación de interlocutores válidos de la población, es decir, las autoridades locales legítimamente elegidas mediante voto popular –y que tienen las competencias y facultades que les consagra la Constitución.
Comentó que los denominados frentes de defensa -que son el resultado del acuerdo de un grupo de personas para atender determinado tema- no tienen la legitimidad para desconocer la autoridad de los alcaldes distritales y provinciales en las mesas u otros espacios.
Sostuvo que tras la constitución de exitosas mesas de desarrollo que apalancan grandes recursos a favor de las comunidades, actualmente hay un pedido de casi setenta localidades que también solicitan sus respectivas mesas y, existe la tendencia que estas sean mantenidas en el ámbito provincial.
Dijo que el Estado no tiene las espaldas logísticas y el personal suficiente para atender directamente cada distrito, para esto existe el proceso de descentralización, por ello esta mecánica debería acotarse, no puede ser que a la mínima protesta el efecto sea la instalación de una mesa de desarrollo, en consecuencia, se debe regular el alcance, la dimensión del espacio y la intervención del Estado en este aspecto.
Comentó finalmente que la calidad de los proyectos que se elaboran en regiones y municipios son un grave problema, es así que el entrabamiento actual de inversiones públicas en el país no se debe a la falta de recursos, sino a la capacidad de gestión regional, es así que hace tres años el Perú dejó de ejecutar 15 mil millones de soles en inversiones públicas, hace dos años, 11 mil 500 millones y el año pasado 8 mil millones.