RCR, 18 de diciembre de 2021.- Luis Miguel Castilla, exministro de Economía, sostuvo que el esquema tributario peruano del sector minero es uno de los más competitivos a nivel mundial y rinde buenos ingresos al fisco. Destacó que el esquema fue elaborado a inicios del gobierno de Ollanta Humala, el 2011, en un diálogo entre un equipo técnico sólido del Ministerio de Economía y Finanzas y los representantes de la industria minera.
“Nuestro esquema es competitivo y está rindiendo. El equipo actual del MEF está haciendo una reivindicación del equipo inicial que acompañó a Humala, que ahora se ha reenganchado con el gobierno actual. Por eso intentan cambiarlo, no sé a razón de qué, pero en todo caso tiene que ser en una discusión abierta y no como se ha planteado. Vamos a ver qué pasa. La lección es que hay ciertas cosas que requieren pasar por el Congreso”, dijo en el Jueves Minero “El esquema tributario minero peruano” del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP).
Señaló que la competitividad del sector minero es absolutamente necesaria, para que siga creciendo. “Hay muchos factores que inciden sobre la competitividad, pero hay dos aspectos fundamentales y que hoy día ponen al Perú en alerta. Uno es el manejo de la conflictividad social que ocurre en todas partes, pero mucho tiene que ver cómo es que el Estado enfrenta estos conflictos, como media y no como azuza a la población como ha sido el caso recientemente”, indicó.
“Lo otro es el marco tributario y el hecho es que haya predictibilidad en las reglas de juego en un mundo en que el capital se va de un lado a otro y en que las empresas mineras operan bajo el concepto de opcionalidad, ven sus opciones en una cartera de proyectos a nivel nacional y deciden apostar o no por un país”, agregó.
Recordó que el expresidente Humala había elegido una plataforma, el 2011, donde prometía una reforma tributaria. “Los precios de los commodities se mantenían altos, estamos hablando del 2010 y el 2011. Él denominaba, como necesidad de la hoja de ruta, captar esta sobreganancia, como él la denominaba, a las ganancias de la industria minera”, apuntó.
“En ese momento, muchas empresas tenían convenio de estabilidad tributaria. Eso obligaba a que prime una noción de realismo y ajustar las expectativas de cuanto se podía recaudar en una forma de este tipo. Cuando él despachaba como electo en el PNUD, en el 2011, ya había un equipo que acompañaba al presidente y que había establecido una serie de parámetros en el marco de una negociación con la Sociedad de Minería y ahí fue que yo entro a esta conversación”, afirmó.
Remarcó que el esquema es un referente al día de hoy por su progresividad. “En retrospectiva fue una reforma bien hecha, donde tomamos la mejor experiencia internacional, donde nos nutrimos de una base técnica, que sustentaba eso. Se creo un sistema tributario que hasta el día de hoy ha funcionado y que ha significado triplicar este año la renta minera para el fisco, que ha permitido que el Gobierno actual emprenda una política fiscal expansiva y que la inversión siga fluyendo pese a la conflictividad social y pese a los inmensos desafíos que enfrenta el sector”, apuntó.
Explicó que en el plan inicial del gobierno humalista primaba el maximizar la recaudación tributaria, pero no había ninguna noción respecto a mantener la competitividad del sector. “Lo otro es que no había una noción clara de que las empresas gozaban de convenio de estabilidad tributaria y tenía que hacerse una conversación que implicara llegar a un acuerdo, porque de lo contrario el Estado podía ser denunciado de incumplir contratos que había firmado con las empresas titulares de los convenios de estabilidad tributaria”, observó.
“Había dos objetivos que sumamos al recaudador, mantener la competitividad y mantener un dialogo para descartar cualquier medida unilateral. Eso lo establecimos en un diálogo que fue básicamente técnico para establecer una línea de base. Eso fue importante porque a partir de eso teníamos información nivelada y eso es muy distinto a la forma como el MEF ha presentado su reforma tributaria y su pretensión de que le delegue facultades”, expresó.
Relató que en el diálogo se llegó al acuerdo de crear nuevos impuestos, pero se maximizaba la renta, se preservaba la competitividad y se respetaba la seguridad jurídica de los contratos que se habían establecido. “Tomamos como referencia el modelo chileno, donde la base disponible era sobre la utilidad operativa. Esto tenía la bondad de adecuarse al tipo de empresa y había por definición un concepto de progresividad”, dijo.
Mencionó que fue un esfuerzo, donde había mucha desconfianza de parte del partido de gobierno humalista. “Recuerdo que cuando esto pasó al pleno, luego de ser dictaminado en la comisión conjunta de Economía, no como facultades, sino como proyecto de ley, como debe ser, transparente, estaba ya por votarse el dictamen, estaba con el presidente en la asamblea de las Naciones Unidas (en setiembre del 2011) y recibimos una llamada de la vicepresidenta Marisol Espinoza”, rememoró.
“Ella llamó al presidente para pedirle que la bancada no aprobara el dictamen, porque era un dictamen lesivo a los intereses del Estado, que se podía recaudar mucho más, y que eso era una negociación que favorecía a la empresa minera, y que no se iba a cumplir los objetivos que yo había ayudado a establecer. Ahí el presidente confió en los técnicos y me dijo que, si estaba seguro lo que estábamos haciendo, yo le dije que sí, y el presidente confió, esto no me ganó la simpatía de la bancada oficialista, pero se logró algo positivo y rara vez se encuentran estos actos de confianza y puntos de encuentro”, contó.
Enfatizó que los factores confianza y diálogo fueron claves para que se aprobara el esquema tributario minero. “El hecho de confiar, el hecho de que haya diálogo, el hecho de que haya una base técnica y una línea de base común y un poco de suerte, porque si yo no hubiera estado al lado del presidente en Nueva York ese día, probablemente el presidente le habría hecho caso a su vicepresidenta y otra hubiera sido la historia”, subrayó.