RCR, 16 de Diciembre 2021 .- Gonzalo Tamayo, socio del Grupo Macroconsult y exministro de Energía y Minas, dijo que la suspensión de la mina Las Bambas, a cargo de MMG, significará la pérdida de un 75% de la producción de Apurímac. Precisó que el Gobierno tiene la obligación de hacer cumplir la ley ante protestas donde se perpetran delitos contra el derecho a la libre circulación.
“Es una crónica de una cosa anunciada porque tres semanas antes la empresa dijo que si continuaban las restricciones para asegurar una operación normal no le quedaba otra cosa que comenzar a parar a partir del 15 de diciembre. Es lamentable que lleguemos a una situación como esta, porque la mina Las Bambas representa el 75% de la producción de Apurímac”, dijo a través de Red de Comunicación Regional (RCR).
Señaló que la producción de Las Bambas en el sector de cobre es del 16%, en el sector minero es el 9%, en la economía nacional pesa alrededor del 1%. “Puede parecer poco, pero pensemos en el 75% de la producción de Apurímac”, indicó.
“Si uno mira la inversión de la mina Las Bambas, son más o menos 10 mil millones de dólares de la construcción más lo que se ha venido haciendo después. Eso es casi 1.5 veces lo que se va a invertir en la Línea 2 del Metro, es 1.6 veces el proyecto minero de Quellaveco, que está construyéndose en Moquegua y equivale a siete veces el presupuesto de los Juegos Panamericanos”, expresó.
También destacó que la operación de Las Bambas tiene un impacto directo e indirecto de 75 mil trabajadores. “Estamos hablando de 9 mil directos y por cada trabajador directo una mina como Las Bambas tiene relación con sus proveedores, servicios y comercialización alrededor de ocho veces”, apuntó.
Explicó que Apurímac era una zona pobre, su nivel per cápita estaba en los últimos a nivel nacional. “Con la incorporación de Las Bambas, Apurímac da un salto significativo y ahí se ubica entre los 10 primeros departamentos. El año 2007 Apurímac era el departamento número 23 de 24 en el PBI per cápita. Al año 2020 es el número octavo. En la región sur, los indicadores de Apurímac gracias a la mina Las Bambas se está acercando al Cusco y en algunos casos los pasa, se están acercando a Arequipa”, observó.
“Cuando uno ve los indicadores de Challhuahuacho, Grau y Tambobamba, el 2007, los indicadores de pobreza estaban alrededor del 80%. En los últimos indicadores del 2018 ese nivel de pobreza se ha reducido en el orden del 35%. Hay una reducción significativa de la pobreza. Si uno compara las cosas que se han hecho en el desarrollo del proyecto, hubo un fondo social inicial de cerca de 280 millones de soles”, subrayó.
Destacó que una vez que la mina entró en operación, las regalías contractuales (que son una característica particular de Las Bambas, que son el 3% de las ventas) se empezaron a distribuir como si fuera el canon. “Eso ha sido del orden de los 1,100 millones de soles y el 2021 esto debe ser de 400 millones. Ese dinero puede financiar seis hospitales y 370 km de vías asfaltadas. Lamentablemente los gobiernos regionales o locales no han usado esos recursos en proyectos en lo que la ejecución es lenta o ha habido corrupción”, anotó.
Advirtió que, desde el momento en que la empresa decida a parar operaciones, las consecuencias se van a notar más cada día que pase. “Si la mina comienza a parar, va a encontrar menos mano de obra y proveedores, y va a comenzar a tener menos ingresos para pagar regalías e impuestos, y cada día va a ser mayor el efecto”, puntualizó.
“Desde que está el gobierno del presidente Castillo en funciones, la actitud a la forma como se debe realizar el dialogo con las comunidades, ha tendido a desbalancear el derecho a la protesta con el derecho a la libre circulación, o al confundir que situaciones de protesta pueden ser realizadas cometiendo delitos. Hay una deficiencia en la forma como el Estado está restringiendo su obligación a hacer cumplir la ley”, remarcó.
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