RCR, 03 de Diciembre 2021 .- Víctor Gobitz, presidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), señaló que los planes de desarrollo nacional y regional necesitan de la participación conjunta de la industria minera y de una gestión pública eficiente. Precisó que la planificación es la fase más importante, porque es ahí donde se da el espacio de debate y de pensar juntos el desarrollo sostenible en las zonas remotas.
“Cuando hablamos de desarrollo territorial concertado hay tres componentes. Como todo en la vida primero hay que planificar. Tengo que a partir de la planificación contar con los fondos de financiamiento para esa visión y finalmente lo ejecuto a través de mis herramientas de gestión. Esos tres elementos son claves para el desarrollo territorial concertado, coherente y sostenible”, dijo en el Jueves Minero “El futuro de la minería en el Perú”, del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), que cumple 78 años de creación.
Explicó que en la planificación nacional existen el plan nacional de competitividad y productividad, el plan de infraestructura para la competitividad, planes estratégicos sectoriales en el caso del sector minero. “A su vez hay planes a nivel regional, planes de desarrollo concertados y competitividad de gobiernos regionales, y a nivel local y municipal lo mismo. Son documentos que no están conversando entre ellos”, indicó.
Remarcó que la primera reflexión es que esa planificación no es un tema menor y un trámite por cumplir, sino que ahí es donde se da el espacio de concertación, de debate y de pensar juntos el desarrollo sostenible en las zonas remotas. “La reflexión debe ser profunda, porque la inversión minera tiene plazos finitos y es una ventana de oportunidad de desarrollo”, apuntó.
“Hay un factor crítico para lograr el desarrollo pleno de la industria minera. La ‘licencia social’ no es un término por sí mismo existente, pero permite entender el concepto. Tenemos necesidad de debatir y tener armonía en el entorno en el cual operamos. La población por lo general andina está en ubicaciones remotas con baja productividad y con baja atención del Estado y es una población urgida con una visión de corto plazo y ve en la inversión minera y tiene una perspectiva muy alta de cerrar esas brechas”, expresó.
Precisó que las inversiones mineras deben tener una perspectiva de mediano y largo plazo, pero su inversión requiere certidumbre. “Estas dos perspectivas no deberían ser antagónicas, el objetivo común debería ser cerrar las brechas socio económicas a mediano y largo plazo. Una herramienta que debemos perseguir juntos para ese objetivo común es el desarrollo territorial concertado y una gestión pública madura”, afirmó.
“Cuando hablamos de planeamiento enfocado en el cierre de brechas y entender cuáles son las potencialidades de cada territorio. El gran objetivo es el desarrollo humano, que cuando uno compara las zonas andinas y costeras hay una diferencia muy marcada y tiene tres componentes”, declaró.
Explicó que el desarrollo humano tiene que ver con el nivel de vida digno, tiene que ver con la educación y con una vida larga y saludable. “El nivel de vida digno tiene que ver con los servicios básicos. En casi todos los espacios altoandinos donde hay operaciones mineras hay brechas en términos de acceso a internet, telefonía, agua potable, tratamiento de aguas servidas y electricidad”, apuntó.
“También tenemos que entender las potencialidades de cada piso ecológico y eso supone entender las potencialidades en agricultura, minería, servicios, turismo, pero para eso necesitamos desarrollar capital humano y el capital humano se forma a través de la educación de calidad. Finalmente, la salud, sin una salud adecuada no hay esperanza de vida y no hay oportunidad que el ser humano se desarrolle”, subrayó.
Resaltó que la industria minera en estos 20 años ha pagado al erario nacional 127 mil millones de soles, que es un conjunto de impuesto a la renta, regalías y tasas adicionales. “Casi la mitad de ese monto, bajo el concepto de canon minero, va a los territorios donde están las operaciones mineras. Más de 60 mil millones de soles. Por ejemplo, Áncash, Arequipa y Cajamarca. En caso de Arequipa es notable el ingreso de 335,886 millones de soles para el distrito de Yarabamba, respecto al distrito de San Marcos (108,471 millones) de Áncash y el distrito de Cajamarca (2,975 millones)”, observó.
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