RCR, 24 de Noviembre 2021 .- Mario Cedrón, especialista en temas de minería y desarrollo, y profesor en Universidad Católica del Perú, dijo en el programa “A fondo” de RCR que el gobierno de Pedro Castillo y su premier Mirtha Vásquez pretenden cerrar todas las minas del Perú, para implementar doctrinas radicales de la ONG antiminera Grufides y del partido Tierra y Libertad del excongresista Marco Arana.
“De las cuatro minas, Breapampa, Apumayo, Inmaculada y Pallancata, Inmaculada tiene reservas hasta el 2041, hay además una inversión prevista de 4 mil millones de dólares. El gobierno pretende ahora que toda esa riqueza se quede enterrada. Y de la noche a la mañana, la empresa minera Hochschild, que cotiza en Londres, pierde casi el 40% de su patrimonio, solo porque a una señora se le ocurrió firmar un acta, para la cual no tiene la representatividad”, dijo.
Expresó que el Ministerio de Energía y Minas está dominado por Perú Libre y el premierato lo tiene Tierra y Libertad de Marco Arana. “Mirtha Vásquez es militante de este movimiento, que se desprende de una ONG antiminera, Grufides, muy activa en Cajamarca y que promueve la doctrina del post extractivismo, que en la práctica es acabar con la minería”, advirtió.
También enfatizó que los frentes de defensa aplican una especie de terrorismo antiminero en las comunidades. “Los frentes de defensa, son creados por los que tienen intereses en promover acciones contra las mineras y les disputan la legitimidad a las autoridades elegidas. En las comunidades, quien no se alinea con estos grupos son castigados y el castigo puede ser hasta físico o la expulsión. El terrorismo antiminero es lo que hace que mucha gente actúe de esa manera”, afirmó.
Remarcó que el Perú está en peligro de volver a la época de los 80, una década perdida por el terrorismo y la hiperinflación en el Perú. “Esa fue la época donde Chile creció y la minería chilena superó a la peruana. Luego viene la década del 90, donde empieza a llegar la inversión extranjera. El caso más emblemático es la minería Yanacocha en los 90. Hay una nueva Constitución, la del 93, que abre las puertas para la inversión extranjera y empiezan a llegar las empresas extranjeras a invertir”, apuntó.
ONG antimineras buscan cierre de minas
Señaló que las ONG antimineras nacionales se formaron en los 90, con financiamiento extranjero y con la llegada de las grandes inversiones en el Perú. “El primer caso emblemático antiminero, que paralizó un proyecto, fue el de Tambogrande en Piura, el año 2000. Ahí es donde empieza a perderse el principio de autoridad, a legitimarse la propuesta violenta y más o menos la mitad de los proyectos mineros lograron salir y la otra mitad fueron paralizados”, expresó.
Declaró que con el gobierno de Humala la violencia antiminera se agudizó, porque el propio gobierno central empezó, por razones populistas, a tomar partido por las comunidades con la excusa de la violación de los derechos humanos. “Las fuerzas del orden no actuaban y había total impunidad. El caso emblemático es Conga, que es lo que marca el punto de inflexión en las inversiones mineras en el Perú. Siguieron adelante algunos proyectos como Quellaveco”, observó.
“Con Humala también tenemos el tema de Tía María, luego con Kuczynski y luego con Vizcarra se proscribió en la práctica el proyecto Tía María, con la cual pasamos del post extractivismo a la segunda etapa de la doctrina del post extractivismo, que data de hace 20 años, promovida por el uruguayo Eduardo Gudynas, y de la que las ONG peruanas antimineras son partidarias, entre ellas Tierra y Libertad”, precisó.
Explicó que la doctrina del post extractivismo pasa por tres etapas de lo que ellos llaman abandonar el modelo extractivista y pasar a una etapa post extractivista. “La primera es lo que ellos llaman acabar con el extractivismo depredador, eso es no más proyectos mineros, aunque ellos digan que no son antimineros. Eso es no dejar pasar un solo proyecto minero y eso ya lo han conseguido”, comentó.
“La segunda etapa, que es la que ahora quieren implementar, es lo que llaman extractivismo sensato, es decir que con lo que quedó nos quedaremos con lo que aporte más, la gran minería probablemente, y todo lo demás lo cerramos. Por eso es que se han ido con estas mineras que son medianas. Una vez que han logrado ese objetivo, y las grandes minas se hayan agotado, pasan a la segunda etapa que se llama extractivismo indispensable, es decir, producir solo lo que la región o el país requiere. Y como el 99% de la producción minera del Perú se aporta, nos quedaríamos con una o dos minitas nada más, dejando de lado toda esta riqueza”, alertó.
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