Gobierno podría proponer cambios que destruyan la seguridad social.
En la réplica del ministro de Salud, ante las objeciones a la política general de salud que realizaron los congresistas con ocasión del voto de la cuestión de confianza ocurrido el 04 de noviembre, hizo un amplio comentario crítico al Sistema Nacional de Salud que él lidera. Ese gesto, puede interpretarse como una catarsis. Las críticas a cada uno de los temas que abordó, no se acompañaron de propuestas, salvo, una muy genérica, referida a la reforma del Sistema Nacional de Salud para crear un “sistema único de salud.” Un aspecto que ha llamado la atención ha sido su crítica a EsSalud, a tal punto, que a modo de reflexión se preguntó, ¿qué hace EsSalud adscrito al Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo? La respuesta, nunca llegó, porque la ministra encargada de ese sector guardó silencio.
La forma en que trató el tema ha generado preocupación. Por un lado, ha pasado por alto, los artículos 10 y 12 de la Constitución Política, que señalan que “el Estado reconoce el derecho universal y progresivo a la seguridad social” y que sus “fondos y sus reservas son intangibles”. Por otro lado, no ha precisado, la forma en que creará un sistema único de salud, sin violar la intangibilidad de los fondos y las reservas de EsSalud. Además, reiteró la necesidad de cambiar la Constitución Política, para “garantizar” el derecho a la salud de todas las personas. Como se puede apreciar, estos tres mensajes, sueltos en medio de la “catarsis ministerial”, incrementan la incertidumbre y la inestabilidad en EsSalud, en los asegurados, y en la economía nacional.
Para comprender la magnitud de EsSalud, como institución de la Seguridad Social en Salud, es necesario comprender que tiene a su cargo más de 11 millones de asegurados, más de S/ 11,000 millones de ingresos anuales, más de 52,000 servidores y más de 400 establecimientos de salud, de diferente categoría. Asimismo, se han realizado reiteradas reestructuraciones administrativas, para adecuar la gestión a las necesidades de la población. La última, la Comisión Reformadora de la Seguridad Social y el llamado “Libro Blanco” de EsSalud. Además, es necesario tomar en cuenta, en primer lugar, que la Seguridad Social en Salud, no se reduce sólo a la atención de los servicios de salud, como es visto bajo la óptica del equivocado “Libro Blanco”, sino también, a la entrega de prestaciones económicas y sociales.
Por ejemplo, en el “Estudio financiero actuarial de EsSalud”, en la proyección del año 2018, realizado por la Organización Internacional de Trabajo (OIT), señala más de 10,600 millones de soles de ingresos y 8,900 millones de soles para gastos en prestaciones de salud, 808 millones de soles para las prestaciones económicas y casi 3 millones para las prestaciones sociales. Es decir, existe una visión amplia y completa de la doctrina de la seguridad social en salud, que debería ser reforzada, no solo con los gremios, sino, también, con la alta burocracia de EsSalud y del gobierno, con la finalidad de asignar un presupuesto equitativo, para que los asegurados se beneficien, no sólo con las prestaciones de salud, sino, también, con las prestaciones económicas y sociales.
En ese sentido, es necesario fortalecer las prestaciones sociales para beneficiar a la población adulta mayor en los Centros del Adulto Mayor (CAM) y en los Círculos del Adulto Mayor (CIRAM), talleres ocupacionales, artísticos y de alfabetización. Asimismo, fortalecer los centros de rehabilitación profesional y los módulos básicos de rehabilitación profesional, así como, programas para emprendedores, los juegos nacionales paradeportivos, y otras actividades, como los centros de difusión y exposición para las conmemoraciones para diversas áreas de la salud, con la finalidad de crear estilos de vida saludables y mejorar la calidad de vida. Las prestaciones económicas, son más conocidas, y se refieren a subsidios por lactancia, maternidad, incapacidad temporal, sepelio, entre otros. Es decir, existe el riesgo, que el gobierno proponga cambios que destruyan la doctrina de la seguridad social y se afecten los derechos humanos a la salud y a la seguridad social de los afiliados o derechohabientes.
En segundo lugar, los 11 millones de asegurados, que tienen derecho a recibir prestaciones de salud, económicas y sociales, tienen un aporte a EsSalud que es variable en función de la dinámica de la economía y de la política nacional. A mayor desempleo, menores aportantes, a mayor inflación monetaria, menores ingresos netos. Además, por un lado, el incumplimiento de la SUNAT en las cobranzas favorece la evasión y la elusión, en perjuicio de los ingresos de EsSalud. Por otro lado, los políticos pueden proponer leyes que aumenten afiliados sin aportes o que aumenten derechos sin la contrapartida presupuestal o que reduzcan los aportes “para dinamizar la economía”. En ese sentido, la volatilidad económica, la inseguridad jurídica, la inestabilidad de la política monetaria y fiscal pueden generar serios problemas de sostenibilidad de EsSalud. Es decir, una gestión “poco juiciosa” de EsSalud puede poner en aprietos al Gobierno y a la economía nacional, porque la masa monetaria que administra EsSalud es cuantiosa. En tercer lugar, el cumplimiento de los derechos laborales está rezagado. Asimismo, los servidores de EsSalud poseen expectativas, no sólo remunerativas, sino, también, de condiciones laborales, de bioseguridad y de participación en la toma de decisiones en la gestión institucional.
En ese contexto, la “catarsis ministerial”, ha sido inoportuna y ha crispado la difícil situación de la Seguridad Social en Salud, y, por tanto, de EsSalud, que desde el año 2009, es amenazada con su destrucción por el modelo del “aseguramiento mercantilista”. ¡Cuidado!