- Peligra el derecho a la salud y a la seguridad social.
El cambio de gabinete ministerial, ocurrido el 6 de octubre del 2021, exigido por la mayoría de los partidos políticos, por la prensa y por un alto porcentaje de la población, ha sido recibido por ellos como un triunfo. Pero no ha ocurrido lo mismo con las personas y la orientación del cambio. Hay diversos matices, en unos casos de cautela y otros de franca oposición. Una vez más quienes durante los comicios ni siquiera pasaron la valla electoral, se han hecho del gobierno. Esa realidad ha sido expresada con vehemencia por el vocero y una parte de los congresistas de Perú Libre. Solo con el transcurrir de los días se ponderará la magnitud de las consecuencias de este episodio. La participación del partido Acción Popular en el gabinete ministerial, con un ministro con militancia indiscutible, impactará también en la correlación de fuerzas en el Congreso de la República. Ha habido un recambio de siete integrantes del Consejo de Ministros, bajo el liderazgo de la Presidencia de la excongresista Mirtha Vásquez. Luego del análisis de sus trayectorias se avizoran algunas líneas de acción, contrarias al ideario del Partido Perú Libre.
En el sector de Energía y Minas la controversia pasará de ser entre patrones y trabajadores para situarse entre las empresas mineras y la “sociedad civil”. Un retorno al “ambientalismo radical” con sesgo en las relaciones mineras internacionales, sobre todo con Asia. El sector Cultura pasará de la cultura “plurinacional” a la de género, y de la paridad y alternancia, así como de la cultura vivencial a la cultura de la “memoria de la violencia” y los museos. El ministerio de la Producción pasaría de la visión controlista y protocolizada de la industria nacional y la pesca artesanal a la promoción de la gran inversión y la mejora de la competitividad. Sin embargo, debido a su experiencia y a los demás miembros del gabinete ministerial, es probable que se enfoque más en la gestión logística y empresarial que en los grandes problemas de Estado.
En los temas del sector Educación es probable que se produzcan las primeras fricciones al interior del Consejo de Ministros. Las visiones educativas de la Federación Nacional de Trabajadores en la Educación (Fenatep), de donde proviene el nuevo ministro, distan de los lineamientos de reforma educativa iniciada durante el humalismo, sostenidas por diversas organizaciones de la “sociedad civil” y por los ministros de Economía y Finanzas y de la presidencia del Consejo de Ministros. Eso sí, con matices en su mirada histórica y de la realidad nacional y sobre el rol de la Sunedu, así como del concepto de género.
El ministerio del Interior pasará del énfasis en la legalidad al énfasis en las operaciones policiales y de inteligencia. No está de más señalar que uno de estos aspectos comprende incluso a las investigaciones de los “Dinámicos del centro”, que involucran al partido Perú Libre. También se evidenciará controversia política en el rol de la Oficina Nacional de Gobierno Interior (ONAGI) para la designación de los prefectos y gobernadores provinciales, gobernadores distritales y tenientes gobernadores en todo el territorio nacional. Más aún en el contexto de las próximas elecciones regionales y distritales, así como en la conformación del nuevo partido político magisterial y en el proceso de recabar firmas para la Asamblea Nacional Constituyente.
El sector Trabajo y Promoción del Empleo hereda agudas controversias en relación con los gremios empresariales y sindicales, con EsSalud y la designación de funcionarios y con la falta de comprensión de la doctrina de la Seguridad Social en Salud, así como la promoción del empleo y la creación de puestos de trabajo temporales. Pese a que EsSalud, como institución de la Seguridad Social en Salud, posee autonomía constitucional está adscrita al Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo y sus recursos financieros son regulados por el Fondo Empresarial del Estado a cargo del Ministerio de Economía y Finanzas (FONAFE). A esto se suma la controversia entre el Plan de gobierno de Perú Libre y los del Frente Amplio y Juntos por el Perú. Mientras que el primero plantea el Sistema Unificado de Salud, los otros plantean continuar con la política del aseguramiento mercantilista que se ha intentado implementar, sin éxito, desde el inicio del gobierno del expresidente Humala. La contradicción sería solo retórica, si no estuvieran en juegos los S/ 12,000 millones del presupuesto de EsSalud.
La Seguridad Social en Salud (EsSalud) implica un sistema solidario e integral, que brinda prestaciones médicas y de salud, económicas y sociales sin exclusiones; y que, por tanto, ofrece acceso real e integral a la salud. Por su parte, el modelo del aseguramiento mercantilista, que se basa en la compra de prestaciones médicas para que sean brindadas a los afiliados de EsSalud y de planes que contienen listados de enfermedades; o al contrario, la negativa a la atención médica, cuando las enfermedades se encuentran excluidas del listado, en clara violación a los derechos humanos en salud y en seguridad social.
El cambio de gabinete ha colocado una vez más en vilo el derecho a la salud y a la seguridad social, debido a que la nueva presidenta del Consejo de Ministros, el ministro de Economía y Finanzas y el ministro de Salud podrían entrar en colisión con la gestión de EsSalud; tanto por problemas ligados a los cuadros técnicos de gestión y “corrupción” como por la destrucción de la doctrina de la Seguridad Social en Salud para, en su reemplazo, avanzar con el modelo regresivo del aseguramiento mercantilista. ¡Cuidado!