Alejandro Quispe Chilón, gerente general de la cooperativa agraria Atahualpa Jerusalén sostiene que su institución ha cumplido 46 años, y ofrece a sus visitantes todo tipo de actividades, como forestación; ganadería, agricultura, apicultura; entre otros.
RCR, 12 de enero 2018.- Un verdadero ejemplo de convivencia y buenas relaciones entre la agricultura y la minería lo constituye, sin duda, la experiencia de la Cooperativa Agraria de Trabajadores “Atahualpa Jerusalén Ltda.” y Granja Porcón. Un verdadero ejemplo de trabajo solidario, místico, de progreso y eficiencia económica, encabezado por su gerente general Alejandro Quispe Chilot, con quien dialogamos en Red de Comunicación Regional (RCR) para conocer su experiencia.
“Este lugar se puede decir que es una mezcla exitosa entre una cooperativa de trabajo, una granja de animales, y un parque temático que funciona exitosamente, y que se decidió abrir al público para experimentar el turismo de forma rural, para aquellos visitantes que quieran estar más en contacto con la naturaleza”, explicó.
Refirió que la empresa acaba de cumplir 46 años, y ofrece a sus visitantes todo tipo de actividades, como forestación; ganadería -vacuno, ovino, alpaca, vicuña; agricultura -frutales como frambuesa, arándanos, fresa-; apicultura; y truchicultura (criaderos de trucha). Además, dijo, también procesan y envasan el Agua de la Bendición, filtrantes provenientes de plantas naturales, y hongos comestibles.
Añadió que también procesan la leche, tanto de vacuno como de ovino, y desarrollan otras actividades como carpintería, mueblería, y panadería, entre otras, para bienestar de los visitantes.
TRUCHAS EN LA MINA
Quispe reveló que reciben muchas visitas que verifican las bondades de su desarrollo empresarial y personal, desde funcionarios del ministerio de Energía y Minas hasta representantes de comunidades de regiones donde se explota la minería.
“Ellos son testigos que nuestro trabajo se desarrolla al lado de las operaciones de la minera Yanacocha. Es más, en la parte baja se ha instalado desde hace años un criadero de truchas. Esa es una muestra palpable de se puede convivir entre la empresa minera con la agrícola, pesquera, turística, forestal y ganadera. No solo lo decimos, sino que lo ven con sus propios ojos”, afirmó.
Añadió que ello es posible por el trato cordial y sin ánimo de confrontación como desarrollan sus relaciones. “Nosotros no nos peleamos ni hacemos escándalo, sino que mantenemos coordinaciones y un diálogo serio y de respeto mutuo con la minera, para beneficio de todos. Por ello vienen diferentes pasantías, que comprueban todo ello”, indicó.
Para mayor ejemplo, comentó que las aguas que envasan proceden de manantiales cercanos a la mina, que han surgido luego de “sembrar” el agua, plantando árboles que han producido embalsamientos subterráneos en las partes bajas. El Agua de la Bendición, la venden a la Escuela de Oficiales de la Policía Nacional, a la propia Yanacocha y a otras empresas que aprecian su calidad.
Quispe expresó que en base a la experiencia vivida en la Granja Porcón, comunidades de otras regiones que también tienen actividad minera están organizándose en cooperativas para ejecutar desarrollos forestales, ganadería, agricultura, etc..
“Hay que ponerse de acuerdo y unirse para lograr el objetivo, en lugar de migrar a la capital dónde no hay trabajo ni donde vivir”, concluyó.
PROYECTO REALIZADO
Granja Porcón se encuentra un terreno de más de doce mil hectáreas, cercana a las operaciones de minera Yanacocha, en la que se han llevado a cabo durante los últimos veinticinco años, de una forma muy acertada y pionera, un proyecto que tiene como objetivo la reforestación de diez mil de esas hectáreas en las zonas altas, con el fin de brindar una protección y a la vez aprovechar los suelos de esta zona.
Además con esta reforestación, allí se logró también que la flora y la naturaleza que allí se encontraba volviera a crecer, mientras se protege la fauna que allí habita, lo que es en realidad un motivo de celebración para los amantes de la ecología y los que trabajan por ella y hace que este lugar se convierta poco a poco en uno de los lugares principales de turismo ecológico y turismo general en el norte peruano.
En la Granja Porcón también se puede encontrar un hotel que tiene diez cuartos dobles que poseen chimenea, baños privados con agua caliente y unas excelentes vistas a todo el lugar y sus alrededores. Allí también se puede disfrutar de un restaurante típico en el que se utilizan los productos de la granja para las comidas, además de varias tiendas tradicionales en donde se encuentran productos lácteos y regionales como mantequilla, manjar blanco, queso, yogur, artesanías y textiles.