Fuente: Andina
La iniciativa es impulsa por la Comunidad Andina y la Unión Europea
Más de 2,000 familias de las comunidades campesinas de la Zona de Integración Fronteriza Bolivia-Perú se beneficiaron con la ejecución del proyecto “Desarrollo de innovaciones para la seguridad alimentaria y nutricional. El caso de la papa nativa”, se informó.
Este proyecto es promovido por la Comunidad Andina (CAN), con el apoyo financiero de la Unión Europea (UE).
La acción binacional, cuyo presupuesto ascendió a 555,000 euros, tuvo como objetivo hacer frente a la desnutrición crónica infantil y a la anemia de niños y niñas menores de cinco años, considerados los dos sectores más vulnerables de esta población que habla mayoritariamente el aimara.
Para ello, desde enero de 2016, el mencionado proyecto inició, con la participación organizada de las autoridades locales y la sociedad civil de ambos países, la ejecución de acciones concretas enfocadas en mejorar la seguridad alimentaria y nutricional, promoviendo además el desarrollo socio-económico.
Como resultado, se evaluaron con buenos resultados clones avanzados de papa, seleccionados con metodologías participativas en campo de agricultores, resistente a heladas, con alta productividad, corto período vegetativo y buenas cualidades para consumo y procesamiento, por lo que además de contribuir en la lucha contra la anemia y desnutrición crónica infantil en los municipios de Ilave, Conduriri, y Capaso, en Puno; y en los municipios de Tiahuanaco y Laja, en La Paz, los pequeños productores de ambos países mejorarán sus ingresos.
Asimismo, en el marco del proyecto se han realizado capacitaciones en temas de gestión y preparación de planes de negocio, con miras a que, en un futuro, los productores puedan identificar potenciales aliados para aprovechar oportunidades de mercado y generar negocios.
Esta acción, que forma parte del proyecto “Integración Regional Participativa en la Comunidad Andina (Inpandes)”, culminó sus actividades presentando los resultados alcanzados con un acto que se realizó en La Paz, Bolivia y que contó con la participación de representantes de la Unión Europea, la Comunidad Andina, el Centro Internacional de la Papa, como entidad ejecutora y autoridades locales de ambos países.