Comunidades nativas consideran que empresa estatal ha incumplido con mantenimiento del Oleoducto Norperuano.
Las comunidades nativas de Amazonas, representadas por la Organización Regional de los Pueblos Indígenas de la Amazonía Norte del Perú (Orpian), presentarán una denuncia ambiental contra la empresa estatal Petro–Perú, al considerar que el derrame de petróleo en el tramo II del Oleoducto Norperuano en el distrito de Imaza –del pasado 25 de enero– puso en riesgo la vida de las comunidades. Esto debido al impacto del crudo sobre suelos agrícolas y las aguas del río Chiriaco, afluente del río Marañón.
Edwin Montenegro, presidente de Orpian, dijo a El Comercio que en las próximas semanas presentarán ante el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) fotografías y videos que acreditan, entre otras cosas, la muerte de peces en la quebrada Inayo, una de las zonas más impactadas por el derrame de petróleo.
“La denuncia que presentaremos es por falta de mantenimiento del oleoducto e incumplimiento de las normas de seguridad. Una lluvia torrencial llevó el petróleo hasta el río Chiriaco y eso no fue evitado por los muros de contención que colocó la empresa”, indico Edwin Montenegro.
El dirigente añadió que esta situación ha generado preocupación sobre la calidad del agua en distintas comunidades nativas colindantes a la zona del derrame, quienes temen usar el agua del río Chiriaco.
OEFA sigue investigando
En un comunicado, el OEFA detalló que el derrame de petróleo se extendió por un área aproximada de 3,5 kilómetros en la quebrada Inayo y abarcó las dos márgenes de este cuerpo de agua. Asimismo, el comunicado indica que Petro-Perú logró sellar el punto de falla del derrame el 28 de enero, tres días después de la emergencia. Se ha estimado que el derrame supera los 200 barriles de petróleo.
Los supervisores constataron que el petróleo crudo derramado impactó en suelos agrícolas de las zonas aledañas. Estos continuarán investigando el tipo de impacto que habría causado el derrame en la flora y fauna, así como las consecuencias en la salud o la vida humana, afirmó Karina Tafur, subdirectora de Supervisión Directa de OEFA.
La versión que mantiene Petro-Perú es que la avería en el oleoducto se produjo por un desplazamiento de terreno. Además, aseguraron que el petróleo no afectó ningún río ni vía de agua en la zona.
Fuente: El Comercio