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PROFESIONALES VENEZOLANOS QUE MIGRAN A NUESTRO PAIS PUEDEN OCUPAR PLAZAS CARENTES EN PROVINCIAS EN SECTORES SALUD, EDUCACIÓN O COMERCIO.

Sociólogo José Koechlin Costa, recomienda reconocer los grados profesionales de los jóvenes venezolanos que llegan en busca de oportunidades laborales al Perú

RCR, 19 de enero 2019.– Los países de América Latina tienen una tarea pendiente. Y es que, a raíz del gran número de ciudadanos venezolanos que huyen de su país natal debido a la crisis social, política y económica que ha instalado el régimen de Nicolás Maduro, las naciones del continente americano necesitan encontrar una eficiente política migratoria que permita recibir al “éxodo venezolano” en las mejores condiciones.

En declaraciones a Red de Comunicación Regional (RCR), el coordinador académico e investigador del Instituto de Ética y Desarrollo de la Universidad Antonio Ruíz de Montoya, José Koechlin Costa, señaló que una de las “deudas” de los gobiernos de América Latina frente a la inmigración venezolana es que, hasta el momento, no han logrado establecer políticas públicas que le permitan a los migrantes encontrar una oportunidad laboral, un buen servicio de salud y una eficiente asesoría legal.

“Todavía no hemos avanzado lo suficiente en cuanto a la creación de políticas migratorias para venezolanos. Creo que esa es la deuda de América Latina. Es cierto que hay algunos países, como la Argentina, que han logrado avanzar en ese tema. Pero no es suficiente. Aún tenemos un enorme reto por delante y miles de venezolanos que esperan integrarse a otros países con condiciones mínimas que les permitan salir adelante”, explicó.

En el caso particular del Perú, Koechlin reconoció que nuestro país ha hecho grandes esfuerzos por recibir de la mejor manera a los ciudadanos venezolanos. Sin embargo, afirmó que esta “solidaridad” no ha sido llevada a instancias superiores, llámese políticas públicas en sectores como trabajo, salud o normatividad legal para permanencia en nuestro país.

“Son importantes las muestras de solidaridad, y en eso los peruanos han demostrado una característica notable de ayudar a los venezolanos, pero lamentablemente eso no es suficiente. Una sociedad moderna no puede vivir a base de solidaridad, sino a políticas públicas que el propio Estado garantice. Y creo que esa tarea es la que falta en este país”, subrayó.

Uno de los principales problemas que encuentran los venezolanos en el Perú, según Koechlin, es que las instituciones públicas y privadas no reconocen sus grados profesionales ni los estudios externos que realizaron en Venezuela. Incluso, detalló que la mayoría de Colegios Profesionales no otorgan ningún certificado a profesionales venezolanos, pese a contar con muchísimos años de experiencia en diversos sectores.

“Este problema origina que la mayoría de profesionales, que son un 70% de inmigrantes, busque trabajo sin darle importante a la formalidad ni a las condiciones básicas. Es decir, pueden incursionar en cualquier mercado y a cualquier precio con tal de tener un ingreso económico. Y esta situación deriva a que muchos venezolanos incursionen en empleos informales o incluso opten por el delito. Es un grave problema que creo debería empezar a tratarse con mayor profundidad y más responsabilidad”, acotó.

Frente a esta problemática, Koechlin planteó al gobierno peruano instalar programas sociales para que los ciudadanos venezolanos que no encuentren oportunidades labores en Lima puedan trasladarse hasta las regiones del interior del país. Esto, según dijo, con el objetivo de captar las plazas de trabajo que muchas veces están más disponibles en zonas rurales o comunidades vulnerables.

“Tenemos que ver políticas para brindarles oportunidades laborales a los venezolanos. Podrían ir a trabajar a regiones donde haya plazas disponibles en sectores de educación, salud o comercio. De esa forma vamos a ir reduciendo el número de migrantes venezolanos que incursionan en el comercio ilegal o informal. Es una estrategia política de migración que podría tomar el gobierno de Perú”, remarcó.

Asimismo, el autor del libro “El Éxodo Venezolano: Entre el Exilio y la Emigración” pidió a las instituciones públicas, privadas, así como a los Colegios Profesionales del Perú no ser “tan severos” al momento de pedir requisitos o certificados académicos a los migrantes venezolanos. Planteó, en cambio, que se valore la calidad profesional mediante exámenes prácticos o con validación de los años de experiencia en campo.

“No es posible que a un ciudadano venezolano se le exija un grado de bachiller, simplemente porque no puede conseguirlo como están las cosas ahora en Venezuela. A veces las instituciones y los colegios aquí son muy severos con esos temas. Tenemos que ser un poco más creativos en ese rubro, quizá vía exámenes o por aptitudes. Debemos emplear ingenio para dar trabajo, no para ser engorrosos”, recalcó.

Por otro lado, Koechlin se refirió al futuro que podría tener Venezuela a propósito de la reciente juramentación para un nuevo mandato del “presidente” Nicolás Maduro. En ese sentido, calificó la realidad venezolana como “insostenible” y lamentó que, en la actualidad, la crisis se haya expandido en todos los sectores, tales como economía, salud, educación, comercio y otros.

“Para empezar, la situación económica en Venezuela es insostenible. Tenemos una superinflación que creo que ningún país ha tenido en el mundo a lo largo de la historia. El sector salud está prácticamente destruido, enfermarse en Venezuela es una cosa apocalíptica. Y el tema laboral ha desaparecido, por eso justamente se ha producido este éxodo de ciudadanos venezolanos. No hay trabajo y los pocos que existen no alcanzan para cubrir la canasta básica familiar”, lamentó.

Por último, cuestionó que las pocas instituciones democráticas que continúan presentes en Venezuela estén “copadas” por el gobierno de Nicolás Madure y sirva como “aparato” para avasallar y reprimir a cualquiera que se atreve a cuestionar el régimen de Maduro.

“Las instituciones democráticas casi no existen o están copadas por el Gobierno. Es decir, estas instituciones están pensadas y empleadas con el único objetivo de reprimir a los opositores. Y cualquiera que critique al régimen, sea periodista, político o independiente, termina preso e inclusive muerto. Es una situación que ya no se puede sostener”, finalizó.