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PERÚ PUEDE CAER EN MANOS DE UN NICOLÁS MADURO EN EL 2021 SI LA POLÍTICA SIGUE SIENDO RECHAZADA

Sociólogo Hugo Neira advirtió que los antagonismos extremos o “antis” están desgarrando el tejido social del Perú como en “una guerra sin balas”. El docente universitario expresó también su pesar por la grave crisis que aqueja a la educación, en el Perú, al recordar que el país que dejó en su juventud era pobre, pero culto.

RCR, 20 de septiembre. El Perú corre el riesgo de caer, en el 2021, en manos de una dictadura fascista y de un elemento antisistema de la talla del dictador venezolano Nicolás Maduro, si no se puede hacer de la política el ejercicio del bien común, la comunicación y la tolerancia, advirtió el sociólogo Hugo Neira.

“Nos estamos volviendo fascistas…  Las opiniones se forman a partir de suposiciones… Eso es una forma de locura colectiva. Nos estamos manejando mal. Y eso se puede tornar contra nosotros. ¿Saben cómo? Elecciones en el 2021 y un (Nicolás) Maduro peruano. Y adios a todo lo que hemos avanzado económicamente”, subrayó.

En ese sentido, advirtió que nuestro atraviesa por una crisis de orden intelectual y político, al indicar que ha retrocedido la clase política y se están aplicando criterios que eran anteriores a un país que no era urbano. “No saben leer. Esta es una sociedad moderna, pero es provinciana. Se encierra en su sola cosa. Hay que ser cosmopolita”, apuntó.

En diálogo con Red de Comunicación Regional (RCR), Neira advirtió que los antagonismos extremos o “antis” están desgarrando el tejido social del Perú como en “una guerra sin balas”. “No hay política en el Perú. Política es lo contrario de guerra o conflicto. En política hay rivales, no hay enemigos. No se puede trasladar el comportamiento de la guerra a la política”, remarcó.

Dijo que yendo por este camino, los peruanos estamos disparándonos el pie. “Han enseñado a la gente a odiar. Esto no es política, es psicosis. Esto es locura. ¿Qué queremos? ¿Santos? ¿O queremos políticos?”, reclamó.

Aunque dijo no ser keikista o partidario de Keiko Fujimori y su partido fujimorista Fuerza Popular, se preguntó “por qué tratan tan mal a un partido nuevo, que no es el de su padre Alberto”.

“Entonces, ¿qué estamos haciendo?  Repitiendo el tema de la exclusión. El Perú políticamente excluye siempre.  Yo le daría incluso a Movadef un espacio. El senderismo es profundamente impopular que no tendrían ni siquiera el 4 %. Pero porqué se cierran”, remarcó.

Si bien destacó el voluntarismo del presidente Martín Vizcarra en proponer el referéndum con las reformas político-judiciales, estimó que alguna de éstas no han estado bien planteadas como, por ejemplo, la no reelección parlamentaria que -dijo- pudo haberse reemplazado por una renovación por tercios del Legislativo.

El periodista expresó también su preocupación por la distancia que se está creando entre la ciudadanía, las masas y los políticos, al referir que todas las encuestas expresan la gran indiferencia que tiene la opinión pública con la actividad política.

Indicó que a esta desidia por la política se suma esta especie de desengaño existente por los políticos, y la clase política en general, reflejada en los sucesivos gobiernos de Alberto Fujimori, Alejandro Toledo y Ollanta Humala.

Sin embargo, adujo que la segunda administración de Alan García “fue un buen gobierno” que -dijo- fue demolido por la maquinaria de las pesquisas de la Megacomisión, al punto que llegó a hacer sólo un 6 % de los sufragios.

De otro lado, el ensayista Neira hizo hincapié que en esa gran desilusión que abate a la sociedad peruana, está fallando el campo intelectual.

“Hay una crisis de comprensión cognitiva en el pueblo y, a la vez, una crisis en el lado intelectual, que se ha vuelto sectarismo. No soy políticamente correcto., No me da la gana de criticar a Keiko. Más bien, me intriga ese partido. Tengo un comportamiento humanista”, alegó.

Neira, quien fue comunista en sus años aurorales, reconoció que la crisis ha endurecido a la izquierda peruana, alejándola del pueblo. “Y lo que veo acá es un regreso de ésta a las cosas fijas y los dogmas. Se han vuelto dogmáticos y maniqueos. Combinan negro o blanco y la política combina cosas”, apuntó.

En otro momento, Neira confesó que nunca pensó ver al Poder Judicial tan corrompido como se está evidenciando ahora. “Pensé, como muchas gentes, que había por ahí un juez corrupto. ¿Pero una organización, desde arriba hacia abajo? Oiga, ni Al Capone, ¿ah? Me saco el sombrero”, apuntó

Tras cuestionar a los peruanos por haber sido “muy flojos y laxos” en su consentimiento a esta lacra, alertó que si se el Poder Judicial, también se pudre -como el SIDA- la autodefensa de la sociedad.

“El Poder Judicial está para defender a las gentes del delito y de los delincuentes. Y si se vuelven ellos delincuentes, es absurdo.  Es lo más grave que nos ha pasado. Después de la guerra con Chile esta crisis es gravísima…  No puede haber policías ni jueces corruptos”, enfatizó.

Grave crisis de la educación peruana

El docente universitario expresó también su pesar por la grave crisis que aqueja a la educación, en el Perú, al recordar que el país que dejó en su juventud era pobre, pero culto. “Me he quedado espantado y no perdono a la sociedad peruana por su culpabilidad (en este asunto). ¿Cómo es posible que se derrumbara la educación que tenemos?”, puntualizó.

Manifestó que los recientes gobiernos han destruido la educación secundaria, la misma que -recalcó- es muy importante y fundamental porque crea una cultura general.

“Se enseña por cursos, no por áreas. Ahora, hacen una mazamorra que son las áreas en las que no se trabaja ni con profesores, ni con libros. Es una mentira. Lo que hacen es enseñar comportamiento. Y eso no es educación”, resaltó.

En consecuencia, el académico indicó que como consecuencia de esta disparatada política educativa se ha desplomado la educación humanística y esa es una trampa del imperialismo. “El Banco Mundial ha recomendado esto. Y han hecho un embrutecimiento deliberado. El Perú se salió del marco de la educación en el mundo. Y el club que ha producido esto son los constructivistas. Y es una tontería”, remarcó.

Pese a ello, consideró que esto se resuelve en cuatro años, reintroduciendo los cursos por materias y con la ampliación de las técnicas de la comprensión y la lectura. “Me preocupa la incultura deliberada, porque de eso puede salir una cosa mala del pueblo mismo, y un   aventurero aprovecharse, concluyó.

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