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FAKE NEWS: LA VERDAD DE LA MENTIRA

FAKE NEWS: LA VERDAD DE LA MENTIRA

Escribe Julio Failoc Rivas.

¿Alguna vez fuiste afectado por una falsa noticia? En lo personal varias veces, e imagino que la mayoría de las personas han sido engañadas como familia, empresario, político, en sus profesiones, etc. ¿Hiciste algo al respecto? Me imagino que tan solo lo dejaste pasar.

La noticia de suspensión del servicio de agua potable por seis días, desde el 22 hasta el 26 de marzo, por las obras de la Línea 2 del Metro de Lima y Callao fue una falsa alarma que sacó a los limeños de su foco de atención, cualquiera que ésta fuera.  ¿Alguien sabe por qué o para qué se difundió esta falsa noticia?

Fake news o noticias falsas, son creadas con la intención de engañar o desinformar deliberadamente. Tienen como objetivo crear confusión, influir sobre las decisiones personales y dañar o dar valor a la imagen de personas, entidades o instituciones. Generalmente adquiere la apariencia de noticia real porque justamente lo que busca es engañarnos.

El fenómeno de las fake news no es algo nuevo, es tan antigua como la mentira, solo que se hicieron más populares o ampliaron su cobertura con la creación de las redes sociales y el smartphone. Cuentan que el  faraón Ramses II las utilizó para agrandar sus hazañas e incluso, en otro momento de la historia, las fake news   salvaron a Cristóbal Colón de un linchamiento seguro y le permitió seguir adelante con su despropósito de descubrir América.

Sabemos que las fake news pululan en las redes sociales cuando se trata de política, de los chismes del espectáculo, en la guerra sucia en las elecciones, o las campañas en contra de alguna empresa o todo un sector industrial, y muchas veces las aceptamos de manera poco crítica y lo que es peor, contribuimos con su difusión y agrandamiento. Estas noticias falsas muchas veces saltan a los medios de comunicación prestigiados sin siquiera ser corroboradas, dañando la imagen y la reputación de personas honorables e instituciones y empresas prestigiosas.

A diferencia de la propaganda que busca convencer y unificar a la sociedad en torno a un ideario, las fake news, mediante la alteración de un relato, buscan convertir la verdad en una cuestión ideológica, que deja de ser objetiva y se convierte en lo que el creador de la noticia falsa quiere que te creas. De allí su peligrosidad, porque busca instalarse en la mente de las gentes y torcer sus creencias a partir de los miedos y prejuicios que se manipulan.

Las Fake News han logrado –incluso- bloquear grandes inversiones como la de los centros comerciales o malls en Tacna que terminaron instalándose en Arica con los perjuicios e impactos negativos para el turismo tacneño. Se propaló la noticia de que los malls iban a hacer desaparecer los mercadillos, sembrado el pánico y movilización de la población que vivía de estos negocios. Nadie desmontó el andamiaje de mentiras que se crearon, ni mucho menos neutralizaron la campaña de desinformación que al final perjudicó a la heroica región. De la misma manera, desde hace mucho tiempo las Fake News se han convertido en una herramienta efectiva para oponerse a grandes proyectos de inversión en sectores estratégicos como los de minería y energía, llegándose a bloquear inversiones por más de 10,000 millones de dólares. Todo ello, manipulando los temores de determinados sectores de la población.

Por ejemplo, en Moquegua se han propalado noticias de que Anglo American Quellaveco está contaminando las aguas, aun cuando es público que este proyecto no ha iniciado operaciones. Algo parecido ocurrió con el proyecto Pucamarca de Minsur, en el que se difundió que tomaría agua de consumo de Tacna y que generaría una hecatombe ambiental. Seis años después del inicio de sus operaciones, esta mina utiliza fuentes alternativas de agua (naturalmente contaminadas) y es considerada una de las más modernas del mundo.

No capitulemos ni seamos cómplices de los fake news. Debemos aprender a identificarlas y lo primero es aplicar filtros críticos ante cualquier noticia sospechosa:

  1. Fijarnos en la fuente o autoría. Generalmente son anónimas, no tienen fuentes ni indican la fecha.
  2. Pregunta qué interés podría haber detrás de una noticia sospechosa.
  3. Observa la forma: habitualmente contienen faltas de ortografía y abusan de las mayúsculas y de los signos de exclamación, cosa que nunca ocurriría en una información oficial o medio de comunicación serio.
  4. Desconfía de la “exclusividad” que al parecer tienen algunos medios. Si es una noticia importante, debería aparecer en más de un solo medio, aunque sea su exclusiva.
  5. Cuestiona la credibilidad de las personas que propalan denuncias o acusaciones: ¿es reconocida? ¿tiene otros intereses? ¿qué reputación tiene?
  6. Desconfía de toda información que llegue “resumida” en memes, fotos alteradas o audios, a través de las redes sociales.

Finalmente debemos recurrir a nuestro sentido común. No compartir algo que te parezca demasiado bueno como para ser real. Que la mentira no se imponga sobre la verdad.

Mark Twain, decía que “es más fácil engañar a la gente que convencerlos que han sido engañados”, sin embargo yo creo que lo dicho, en el fondo, es más falso que un fake news.

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