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Conga y Tía María a los seis meses de PPK

El gobierno no ha tenido un plan para sacar adelante los principales proyectos mineros

Desde este portal hemos insistido en que la minería moderna es un sector fundamental para el crecimiento económico, la reducción de pobreza y la prosperidad del país. La minería moderna aporta el 14 % del total del Producto Bruto Interno, el 40% de los ingresos fiscales y casi el 2% del crecimiento del PBI en este año (solo el proyecto cuprífero Las Bambas aporta alrededor del 1%). Semejantes números colocan a la minería moderna como un sector de suma trascendencia, que solo la locura del antiminero radical niega. A ello le sumamos que solo hasta el 2018 la minería aportará al crecimiento del PBI, porque a partir de aquella fecha no existen grandes proyectos. De allí la importancia de que proyectos mineros como Conga y Tía María puedan salir adelante. No obstante, a seis meses de gobierno pepekausa, los nubarrones que ensombrecieron dichos proyectos aún no se apartan.

Como ya se sabe, los proyectos Conga y Tía María, cuyas inversiones representan US$ 4,500 millones y US$ 1500 millones respectivamente, se han paralizado por la acción del radicalismo antiminero de viejo cuño izquierdista y por la pasividad de los gobiernos centrales de turno, sobre todo durante la gestión nacionalista. Vale recordar que durante el gobierno de Ollanta Humala el radicalismo antiminero paralizó ambos proyectos (Conga y Tía María), organizando protestas violentas con saldo lamentables. Un estudio reciente de BBVA Research sostiene que el Perú tiene en cartera proyectos mineros por un valor superior a US$ 43,000 millones y de aquellos US$ 10,000 millones están trabados por conflictos sociales.

Con la elección del presidente Pedro Pablo Kuczynski se pensó que su experiencia en diferentes cargos de la gestión pública sería fundamental para que el gobierno retome el liderazgo perdido durante el quinquenio nacionalista. Sin embargo, por lo mostrado hasta el momento, a seis meses de gestión se nota desde lejos que el actual gobierno no ha tenido un plan para revertir la situación de parálisis de los principales proyectos mineros, en este caso de Conga y Tía María. Ha sido todo lo contrario.

Si bien es cierto que en Cajamarca en estos últimos seis meses no se han organizado masivas protestas contra Conga, el radicalismo antiminero ha logrado ganar posiciones y el Estado central está ausente. Hace quince días supuestos ronderos entraron de forma violenta en la propiedad del proyecto Conga, bajo el amparo del congresista Marco Arana. De otro lado, el radicalismo ha construido el mito de Máxima Chaupe, la heroína que se enfrenta a la abusiva empresa minera y que incluso ha ganado un premio internacional. Le ha tocado a Yanacocha, concesionario del proyecto Conga, asumir todo el peso y el trabajo para ejecutar un proyecto minero decisivo para la economía cajamarquina. Hasta el momento la estrategia de Yanacocha con las comunidades campesinas está dando resultado pues ya se ha construido presas y proyectos de irrigación, y ya se habla de un “milagro del agua”. Pero el Estado central está, como repetimos, ausente.

En Tía María la situación es muy parecida. Hasta el momento Southern, concesionaria del proyecto, viene ejecutando el Plan Reencuentro en el Valle del Tambo con el objetivo de reconstruir la confianza con los ciudadanos. Mientras el gobierno regional mira desde el balcón, el presidente Kuczynski se ha comprometido a ir en enero al Valle del Tambo. El anuncio lo hizo a un periódico norteamericano. ¿Será correcta la estrategia del presidente? No lo sabemos.

Es hora de que el gobierno pepekausa asuma la tarea de gobernar el país y fortalecer a la minería moderna, gran eje de crecimiento y reducción de pobreza. No podemos dejar pasar esta oportunidad.

Fuente: El Montonero